Texto: Sheyla Mosquera
Es un movimiento mundial que enseña a ser buenos ciudadanos. Integra alrededor de 30 millones de miembros en 156 países.
Una de las oportunidades que tienen los padres de familia para que sus hijos se hagan más disciplinados, cumplan las tareas asignadas, sean solidarios y, sobre todo, se conviertan en líderes es que formen parte de los scouts.
No se trata de un grupo militar donde niños y jóvenes tienen que obedecer una orden impuesta por un superior, sino de un movimiento internacional que busca desarrollar cualidades positivas entre sus miembros a través del trabajo en equipo para beneficio de sus comunidades.
Según Luis Alfredo Cuasapaz Aguirre, dirigente scout del grupo II Carlos Pérez Perasso, el movimiento se basa en tres puntos básicos que enseñan a ser buenos ciudadanos: los principios (Dios, patria y hogar), las virtudes (lealtad, abnegación y pureza en palabra, obra y pensamiento) y la promesa, donde está incluida la ley.
"El objetivo de un dirigente scout es hacer que sus integrantes aprendan a ser disciplinados de forma consciente, porque en la actualidad se están perdiendo muchos valores", dice Cuasapaz.
Para Eduardo Gaibor, dirigente scout y subjefe de tropa, los padres ganan tranquilidad al no tener que decirles a sus hijos al pie de la letra todo lo que deben hacer, porque el movimiento ayuda a formar el carácter. Los chicos se hacen independientes y adquieren vocación para cualquier actividad que emprendan porque aspiran a ser mejores cada día.
"Gracias a la ley scout los niños y jóvenes conciencian no dañar la naturaleza, el valor del ahorro, el no decir malas palabras y el de ser buenos hijos y amigos. Sobre todo, ser líderes y futuros trabajadores que velen por el bien ciudadano", dice Oswaldo Navas Tapia, presidente de la Asociación de Scouts del Ecuador (ASE) con sede en Quito.
Este aprendizaje se nota, poco a poco, en los 120 grupos scouts que existen en 14 provincias ecuatorianas, agrega Navas, de manera divertida, sobre todo, en los campamentos.
Y durante las excursiones ponen en práctica la supervivencia, según Cuasapaz. Por ejemplo, a hacer fogatas sin fósforos, a soportar la sed en una caminata. También a no perderse orientándose por la salida del sol, con brújula, con mapas (cartografía) o por las estrellas.
Asimismo aprenden a reflexionar acerca de los hechos que los llevaron a fallar o a realizar buenas obras durante ese día o semana anterior. Es un momento para hacerse a sí mismo las promesas. Sistema de patrullas Los scouts funcionan mediante sistemas de patrullas. Se forman en pequeños grupos bajo la responsabilidad de un guía de patrulla. Este no ordena, sino que orienta e invita a reflexionar sobre algún hecho en particular para que cada miembro tome la mejor decisión como una forma de autoeducarse. Así se imparte la enseñanza del chico por el chico, siendo más fácil aprender obediencia y responsabilidad.
Según Gaibor, las patrullas tienen nombres de animales, al igual que los indios norteamericanos los adquirían como una forma de imitar las buenas cualidades que veían en estos, por ejemplo, la fortaleza de un oso, la agilidad de una pantera o la sabiduría de un lobo. Por eso cada scout forma parte de las patrullas a la cual se siente identificado.
Luego se organizan en tropas. Cada una la forman de seis a ocho patrullas compuestas por amigos. El de mayor rango es el que tiene más experiencia y ha probado ser el mejor cumplidor de la promesa y ley scout. Además es el ejemplo que tienen los demás muchachos en la patrulla.
Es importante saber que en el sistema de patrullas se desarrolla la comunicación inmediata en el caso de alguna emergencia. Por ejemplo, el jefe de grupo comunica el hecho a los jefes de cada unidad (manada, tropa o clan). En el caso de la tropa el jefe informa a los guías de patrullas para que estos a su vez hablen con los patrulleros y puedan ejecutar la labor encomendada. Fantasías en la manada En esta unidad llamada manada ingresan los niños de 6 a 11 años. A ellos se los anima a desarrollar las fantasías basándose en las historias del Libro de la Selva, escrito por el británico Rudyard Kipling.
Las enseñanzas de la fábula giran en torno a las aventuras de un niño abandonado en la selva india llamado Mowgli que fue recogido por los lobos, que de una manera antropológica le dan lecciones morales.
Dentro de la manada cada personaje del texto representa un tipo de persona, buena o mala, en la vida del niño; y cada jefe de la unidad lleva el nombre solo de los intérpretes buenos como el gran oso Balú y el sabio lobo Akela, entre otros.
Además, cada uno de los muchachos scout es Mowgli. Todas estas fantasías se actúan dentro de un círculo de roca que simboliza el lugar de protección donde se puede jugar, danzar y cantar.
Según Cuasapaz, el campamento de la manada sirve para que los niños pierdan el miedo a la oscuridad y venzan sus temores. El lema de esta unidad es "Siempre mejor". La tropa En esta unidad pueden entrar chicos y chicas desde los 11 años hasta los 16. Cada tropa está compuesta de patrullas sean masculinas o femeninas, pero no mixtas.
Aquí se aplica plenamente el método scout donde sus integrantes desarrollan actividades como primeros auxilios, salvamento de vida en caso de emergencia, juegos scouts, hacer diferentes nudos, construcciones, descensos, ascensos y caminatas. El lema es "Siempre listo". El clan Es la unidad scout donde pertenecen los chicos de 17 a 22 años y está basada en las antiguas experiencias de los caballeros. En esta se prepara al dirigente o se le da la despedida al buen ciudadano que el movimiento entrega a la sociedad.
Gaibor indica que el clan se basa en el servicio al prójimo donde se hacen proyectos comunitarios para ayudar a la gente o simplemente pueden colaborar con las demás unidades. El lema es "Siempre sirviendo". |
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Néstor -